La piel es el órgano más grande que tenemos en nuestro cuerpo y es el único que está expuesto directamente a los factores externos. Como órgano que es, cumple una serie de funciones importantísimas para nuestro organismo, pero a veces no somos conscientes de ello y se nos olvida que cuidarla no solo es importante para nuestro aspecto sino también para nuestra salud. En este post te explicaremos las principales razones para cuidar tu piel, pero primero de todo deberíamos saber qué es exactamente la piel.
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/ QUÉ ES LA PIEL
La piel es un órgano sensorial que cubre todo nuestro cuerpo y tiene dos funciones principales: proteger nuestras estructuras internas y comunicar nuestro cuerpo con el exterior a través de sus receptores de tacto y temperatura. La piel tiene una estructura compleja formada por dos capas principales:
/ Epidermis. Es la capa más externa de la piel. Su grosor es variable, aproximadamente un milímetro en las palmas de las manos y plantas de los pies y una décima de milímetro en la cara, párpados y labios. Las células de la epidermis están en constante desgaste pero se regeneran cada 28 días.
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/ Dermis. Es una capa fibrosa, más gruesa en los hombres que en las mujeres, y de un grosor entre medio milímetro y tres, dependiendo de la zona del cuerpo. La dermis está llena de colágeno y proporciona solidez y elasticidad a la piel. En esta capa también se encuentran los folículos pilosos y las glándulas sebáceas. Según los expertos de Sanitas, la piel de un adulto medio cubre casi dos metros cuadrados, pesa más de dos kilos y medio y muda alrededor de 19 kilos de células muertas a lo largo de la vida.
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/ POR QUÉ CUIDAR TU PIEL
/ Es parte de nuestro sistema inmunológico. Es la primera barrera de defensa que tiene nuestro organismo para protegerse del calor, el frío, la contaminación y de las bacterias. Es decir, la piel es como un filtro que absorbe lo que es bueno y rechaza lo que es malo para nuestro cuerpo. Es por esto que cualquier alteración de la piel puede provocar infecciones o una entrada de agentes contaminantes a nuestro organismo.
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/ Controla la temperatura del cuerpo. A pesar de las condiciones climatológicas a las que nos expongamos, nuestro cuerpo tiene una temperatura media de 36,5º gracias a la piel, que se encarga de regular el frío y el calor que entran a nuestro cuerpo para que todo el organismo pueda funcionar correctamente.
/ Contribuye a la producción de vitamina D. Cuando la piel se expone al sol con moderación produce vitamina D, una vitamina muy importante para la fijación del calcio y, por lo tanto, vital para la salud de huesos y articulaciones.
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/ Está en constante exposición al Sol. Una excesiva exposición a la luz solar sin protección es uno de los mayores riesgos para nuestra piel. Sus consecuencias más leves son sequedad o quemaduras pero, a largo plazo, provoca un envejecimiento prematuro de la piel, manchas e, incluso, cáncer de piel. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, con la exposición al Sol, las células cutáneas se oxidan y se daña su material nuclear, lesión que permanece y que la piel recuerda a lo largo del tiempo. Si mantenemos nuestra piel hidratada y la protegemos como es debido, podemos evitar que sufra grandes daños.
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/ Su capacidad de renovación disminuye con el tiempo. A medida que nos hacemos mayores, la piel pierde su capacidad de formar elastina, colágeno, ácido hialurónico y otras proteínas encargadas de que nuestra piel luzca firme y bonita. Si la cuidamos como es debido la ayudaremos a seguir produciendo todas estas sustancias durante más tiempo y evitaremos la aparición de arrugas tempranas o de signos de cansancio como las ojeras.