No somos expertos en arte, pero somos personas curiosas y sensibles. El arte es una gran fuente de inspiración, tanto de forma consciente como inconsciente. Además, es algo tan subjetivo que no hay que buscar entenderlo, sino sentirlo. Hacer sentir, emocionar e inspirar es es la verdadera razón de ser del arte, ya sea conceptual, abstracto, contemporáneo, decó o surrealista. El arte, sea como sea, es sentimiento.

Algo que nos inquieta de estos artistas es que eran particularmente obsesivos. Su obsesión por crear y por intentar transmitir todos esos matices que ellos eran capaces de ver fue su mayor dificultad y, a su vez, su mayor virtud. Fue aquello que permitió que su obra se convirtiera en un referente de grandes magnitudes.

Claude Monet tenia una autentica obsesión por el agua y la luz, y la llegó a transformar en algo mágico. Para comprobarlo, solo hay que mirar atentamente la obra que os mostramos, ampliarla y disfrutar de los detalles. Nenúfares es un ciclo de pinturas al óleo, aproximadamente unas 250, que Monet creó en los últimos años de su vida. Monet es considerado el padre del impresionismo y una figura clave en la revolución del arte moderno. De hecho, término ‘impresionismo’ viene dado por su obra Impresión, sol naciente (1872), que se puede ver en el Museo Marmottan Monet en París.

Paul Cézanne es considerado el padre de la pintura moderna. Se esforzó por comprender y reflejar la complejidad de la percepción visual humana. Quería ofrecer una visión auténtica de la realidad y, para ello, observaba y representaba los objetos desde distintos puntos de vista. Su obsesión era el color, cosa que se aprecia rápidamente en sus obras de madurez. Os invitamos a observar la imagen anterior, del detalle de las pinceladas de su obra Las grandes bañistas, y tratar de descubrir cuántas tonalidades detectáis.

"Todos los niños nacen artistas. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer" Pablo Picasso